“Cupos de recargo policial”, un parche político irregular para la seguridad de Mendoza



“Cupos de recargo policial”, un parche político irregular para la seguridad de Mendoza. Primera parte
Ya han transcurrido casi dos años que los uniformados recordamos la última y por qué no vergonzosa pelea entre los Oficiales Superiores Oscar Perez y Armando Párraga. Una confrontación que terminó con ambos efectivos en la calle, el denunciante y el denunciado.

Qué lastima para los dos, pues en este proceso terminaron siendo víctimas de un sistema corrupto y nefasto implementado por el sistema político para adjudicar responsabilidades a estos roles tan ansiados por todos los uniformados. No viene a la memoria uno de los dichos de Angel Ganivet que cita: “La audacia se adquiere conociendo el mundo, y la discreción conociendo al hombre”. Al parecer ninguno de los dos directivos tuvo la astucia para salir airoso de la guillotina político policial. En conclusión los hombres de negro del Ministerio de Seguridad lograron adjudicarles la culpa del proceso a los uniformados, demostrando nuevamente que estos no podían seguir adelante en la gestión.
Voy a hacer una pequeña introducción de modificaciones o parches a este sistema corrupto, estructuralmente hablando, para ilustrarles lo nefasto del sistema: “Decreto-Acuerdo Nº 285 de fecha 16-03-1994, Decreto Nº 1783 del 11-11-1997 que habla sobre los viáticos extraordinarios para operativos especiales sustentado en la Ley Nº 6454 en su artículo 18º; Resolución Nº 06 del M.J.yS. del 03-01-2001; Resolución Nº 12-S del 15-12-2005; Resolución Nº 885-S del 19-05-2006; Resolución Nº 2350-S del 09-11-2006 (una de las más interesantes y contradictorias); Resolución Nº 2351-S del 0-11-2006; Resolución Nº 2381-S del 17-11-2006 (con cambios también contradictorios); Resolución Nº 1099-S del 10-08-2007; Resolución Nº 1681-S del 03-10-2007; Resolución Nº 114-S del 21-01-2008; Resolución Nº 651-S del 26-03-2008; Resolución Nº 1055-S de 29-05-2008; Resolución Nº 2527-S del 28-10-2008; Decreto Nº 3398 del 28-11-2008, y las últimas modificaciones hasta la fecha con los aumentos en los cupos de aproximadamente $ 2, 80 pesos per capita”.
La intención de mencionar tantas resoluciones y decretos es por la abusiva intervención del Gobierno en el sistema salarial del Policía con parches y decretos según la conveniencia política del momento. Creemos sinceramente que el haberles adjudicado el contralor a los Señores Jefes de dependencia del sistema de recargos o cupos dinerarios (que nada tienen de administradores contables) es para volver a adjudicar culpas a la hora de intervenirlos o investigarlos. Por supuesto que ninguno de los Oficiales Jefes analiza esta problemática desde este punto de vista y no hace nada para que esto cambie, seguidamente pasaré a explicarles por qué.
Por otra parte en algunas Resoluciones dan y quitan beneficios, hacen diferenciaciones entre 30 y 35 cupos entre distintos grupos tales como “Grupo Gris, Dirección Investigaciones, Inteligencia Criminal, etc.”, pues estos destinos están apadrinados en la actualidad por el Señor Juan Caleri. Nos referimos inter nos,  “destinos de protección”.
Para ilustrar a los lectores en los tiempos de Perez y Párraga la tendencia favorecía a efectivos policiales de Zona Este y Jefatura de Cuerpos Especiales de Mendoza; ahora la protección y los beneficios están orientados hacia los servicios de  inteligencia criminal e investigaciones complejas o especiales, íntimamente relacionadas con grupos político policiales apadrinados por Don Carlos Ciurca y asociados. Nos sorprende que Carlos Aranda no haya logrado todavía desvincularse de estas tendencias absolutistas e discriminatorias, evidentemente tendenciosa para el futuro policial.
También nos alarma que el PJ a pesar de tener un sólido concepto etimológico y formal de la palabra “compañero” siga juntando y acumulando funcionarios políticos policiales corruptos en el seno de la Institución policial. Pueden engañar a todo el mundo algún tiempo; pueden engañar a algunos todo el tiempo; pero no pueden engañar a todo el mundo todo el tiempo.
Hoy existen los mismos inconvenientes silenciados, pues si el Político de turno se entera que existe disociación de intereses establece un juego de aprietes mendaces fundado en estrictas necesidades de servicio, que en última instancia termina en el traslado del Jefe policial a un lugar con menos prestigio, fácil de comandar pero de menos categoría funcional. Hoy si usted no pertenece al grupo de confianza lo más probable es que se tenga que jubilar. Tal es el caso de muchos de los Comisarios Inspectores y Generales que ha resignado su futuro a la espera de una pronta y merecida jubilación.
Todas estas situaciones son evidentes y muy dañinas en esta Mendacicracia policial. Es alarmante ver la cantidad de jerarquías de mando que se han complotado y el manoseo ex profeso que se viene evidenciando en estos últimos años.
Volviendo al principio, si los Jefes policiales comenzaran a entenderse sería nocivo para la gestión política de turno en muchos aspectos.
Le mostramos los siguientes procedimientos y conflictos en estos parches económicos:
La Política utilizada en la administración de cupos de recargo es extremadamente abusiva e irregular. Toleran por Resolución desde 1 a 50 cupos per capita. Un máximo de 30 cupos en algunos estamentos y en otros hasta 35 cupos, según el grado de compromiso. El Director General de Policías asigna por Resolución cupos de recargo a los Comisarios Inspectores y Generales, norma que no hace referencia a la cantidad máxima tolerable para estas jerarquías superiores, por eso se habla de 40 y 50 respectivamente o más. Se desconocen los arreglos extraoficiales y en secreto.
Modifican constantemente el mecanismo de contralor, haciendo responsables de su ejecución a los Jefes policiales de Comisarías o Unidades policiales. El sistema crea constantes conflictos internos, que por ser deficiente e incontrolable, beneficia en primera instancia al Titular de dependencia para poder cumplir con la gran demanda de servicios diarios que le envían y en último caso al Policía que necesita ganar unos pesos más. Los efectivos recargados aceptan los mismos de mala gana, pues por lo general están cansados o tienen algún servicio extraordinario o algunos estudian.
Si un policía no saca cupos debe resignarse a algún tipo de discriminación interna como traslados repentinos, recargos obligatorios de servicio los fines de semana seguramente en alguna Cancha de fútbol (otro negociado que en otra ocasión trataremos), críticas intolerables de sus Jefes y reproches de sus pares en forma constante y permanente.
En el caso de algunas Direcciones de privilegios, como lo fue la Dirección de Aviación Policial, se juega con este beneficio a tal punto de no llevar registro alguno (libros de contralor), siendo manejado exclusivamente por el Director o quien haga sus veces como un recurso de extorsión personal o para beneficios totalmente insospechados, como:
Fondo común de la Unidad para gastos internos, compras de alimentos, repuestos de vehículos policiales, agasajos o ágapes para Jefes policiales, uniformes personales, etc.; en todos estos casos prima el estado de necesidad que no asume la repartición policial, pero también algunos grupos y en menor escala proceden a extorsionar al personal, jugando con este estado de necesidad, cargando una cantidad de cupos de recargo mentirosos a cambio de un porcentaje de los mismos que terminan en los bolsillos de los Jefes o superiores de turno. Son muchas las irregularidades existentes. Por supuesto que luego de que llega la denuncia a la Inspección General de Seguridad, el sistema crea anticuerpos naturales, comienzan los llamados telefónicos y las modificaciones de libros u en algunos casos el alejamiento (traslado) del denunciante a otro destino, sometiéndole el apodo de “Buchón”.
El juego está diseñado para que los Jefes puedan tener cierto control sobre los Policías y el estamento Político pueda sobrevivir intertanto dure su gestión con la menor cantidad de delitos ocurridos. Es un juego constante de estadísticas apretadas, donde ciertos Jefes se juegan la cabeza constantemente hasta el grado de complicarse severamente la salud con niveles alarmantes de estrés laboral.  Pero al parecer los negociados son bastante interesantes. Nadie sacrifica nada por nada.
Lo que no sabe la gente común es que es tanta la demanda de servicios policiales, que esta metodología es un parche político provisorio que trae como consecuencia policías muertos de sueño, cansados, agotados, mal comidos, agresivos o de mal carácter, resignados a pasar el tiempo lo más desapercibido posible, con altos niveles de estrés laboral, problemas de salud, etc.., siendo un peligro par sí mismos y para la sociedad en su conjunto. Nos basta con remitirnos a la gran cantidad vehículos policiales chocados en los últimos meses y la gran cantidad de policías accidentados e inclusive fallecidos por este flagelo.
Este año se llegaron a liquidar 138.000 cupos a razón de $48 pesos por cada uno. En 7.000 policías en la Provincia alcanzarían 20 cupos per capita, u 80 horas extras u 10 días más de trabajo por mes.
De esta cifra alarmante un porcentaje significativo se lo llevan los encuentros futbolísticos de Mendoza. Otro flagelo que agobia y beneficia solo a un porcentaje reducido de beneficiarios. En el camino muchos policías comprueban que este tipo de eventos no les son pagados, pues el sistema está corrupto y la carga difiere del pago en uno o dos meses. Esto hace que cada policía pierda el control de sus recargos con el concerniente desgaste funcional que trae hacer un reclamo por la vía jerárquica administrativa.
Señores ya está todo estudiado en esta Policía, lo único que hay que hacer es destapar la olla y si algún funcionario político se quema lo más seguro es que ruede una cabeza policial o un grupo reducido de pensantes.
Tantas veces nos pasa que vivimos la vida encadenados y ni siquiera nos enteramos de que tenemos la llave del candado.
Continúa…



Manuel Belgrano

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