EN MENDOZA FALTAN POLICÍAS EN PREVENCIÓN


EN MENDOZA FALTAN POLICÍAS EN PREVENCIÓN.

La mala administración del recurso humano y logístico provoca desgastes en gran parte de la población policial que trabaja como Policía de Seguridad.

“Lo malo es que el Gobierno y las oposiciones furiosas no luchan por principios y buenas administraciones, sino por puestos públicos”. El Ministerio de Seguridad posee esta orientación desde la sanción de las Leyes 6722 y 6721. Es notable ver la existencia de todos los partidos políticos diseminados por los pasillos del Edificio de calle Salta y Huergo. Esto habla de una notable lucha interna en la consecución de puestos de trabajo de una gestión a otra. Cuatro años de Gobierno no alcanzan para mejorar el sistema en su totalidad y cada gestión acomete contra los mismos planes o proyectos que se vienen ejecutando. La Política de seguridad entonces está experimentando no solo con el recurso humano mal administrado por la falta de ingreso a la repartición, sino también por una deficiente visión de futuro y seriedad”
“Los abusos en los recursos de la Institución Policial, no solo involucran al Policía como sujeto activo y concreto del mismo, sino al deficiente manejo de recursos logísticos tales como helicópteros, cámaras de observación y filmación recientemente adquiridas, camionetas doble tracción para zonas urbanas, adquisición de armamento de puño para ciertas áreas de privilegio que no tienen nada que ver con las tareas de prevención, adquisición de muebles y computadoras de dudosa procedencia, y muchos otros más.
Durante los últimos quince años, Mendoza venía evidenciando un progresivo decaimiento en materia de seguridad pública, que hasta el momento había sido el pilar donde descansaba todo el orden político y público de la provincia. Transcurrieron entonces una serie de planes y proyectos sobre cómo combatir este flagelo social denominado “inseguridad”, distinto del aquel modelo que versaba sobre la Doctrina de la Seguridad Nacional.
Lo que en ciertos momentos de la historia era una necesidad imperiosa mejorar la seguridad externa del país, hoy por el contrario pareciera que transitáramos una etapa similar al modelo burocrático profesional de los años 40 y 50 donde la corrupción se encontraba en la cúpula de mando del sistema verticalista policial. Hay cierto grado de parentesco en la actualidad.
Hoy con el auge de la globalización, nos sorprende la cantidad de metodologías que hemos venido experimentando para bajar esta sensación de inseguridad que acosa a la población en su conjunto. Muchos métodos tales como Policía comunitaria, Policía puerta a puerta, Policía de proximidad, Policía para resolución de problemas, y muchos otros más, están siendo reutilizados constantemente como un juego político de ensayo y error, jugando con la ciudadanía que son los terceros perjudicados en este sistema político.
Hoy vemos como los distintos Jefes de Policías Distritales y Departamentales tratan de inventar individualmente algún nuevo método o sistema que le sirva de pantalla para lograr objetivos notables en su carrera, que nada tienen que ver con mejorar la inseguridad de la población de Mendoza. Es el caso de las distintas Unidades de Patrullaje de creación política que les dependen y una notable desidia sobre las Unidades Operativas menores, bien llamadas Comisaría, que hoy no son tenidas en cuenta para nada en materia de “Policía de Seguridad”, habiéndolas disminuido notablemente en su capacidad operativa por la gran escases de Policías en toda la provincia.
Por otro lado los Cuerpos Especiales, que cumplen una función específica para con la protección del Gobierno policial y el régimen político pertinente, que por tener una historia relacionada directamente con antiguos modismos represores, hoy detectamos con mucho desagrado que parecieran pertenecer a otro bloque policial con mayores beneficios y mejores condiciones laborales que el resto. En algunos momentos de la historia estos bloques policíacos denominados antidisturbios trabajaron exclusivamente para reprimir y contener desmanes sociales en las calles de Mendoza protegiendo a las autoridades políticas del momento. Lo cierto es que operan desde un ámbito más hermético y con una estructura netamente semi-militarizada.
Pero la realidad social es otra, la gran mayoría de estos bloques policías no se han adaptado a estos tiempos. Podemos decir que los cambios sociales no les han llegado y la diferencia laboral es enorme. Específicamente existen todavía en su seno Unidades más reducidas como Compañía Motorizada, Unidad Motorizada de Acción Rápida y Unidad Ciclística que poseen una significativa población de policías aptos para desempeñas tareas netamente preventivas.
A la población mendocina le vendría muy bien adquirir más policías en las calles para prevenir el delito y no tantos para lucir la boina en ciertas ocasiones políticas de rigor, u en algunos casos mostrarse ante la gente, haciendo alarde de su presencia policial en Grupos o bloques de una misma identidad policíaca.
En materia de contención social y disturbios de idéntica naturaleza basta con la presencia de los Cuerpos de Infantes, Caballos, Canes y perros, como equipos específicos para dicha tarea, como siempre lo han sido.
En síntesis, los Cuerpos Especiales no están compartiendo el pan de la seguridad con el resto de los Policías convencionales que arriesgan día y noche sus vidas en procura de uno o varios malhechores. Y lo más triste es que este tipo de discriminación está haciendo daño a todo el recurso humano policial distribuído en la Provincia. La ciudadanía en su totalidad desconoce esta situación porque solo ve la mitad de la moneda. De todas formas Señores Comisarios Inspectores, el prestigio de una Institución se construye para la gente común, en pos de la seguridad interna de la Provincia y no para adquirir prestigio y poderío individual ante los ojos del sistema político actual.

¿Cuál es el punto más importante de esta historia realmente alarmante y desorganizada?

Es hacer perderle la identidad al Policía con la creación de muchas células de seguridad que tapan aparentes baches en la organización interna del sistema político policial reinante. Todo se arregla con una nueva Unidad, que en definitiva en algunos casos termina siendo “un tapa rabo provisorio” y lo más triste es que disminuye la cantidad de policías que hacen Seguridad y prevención en las calles de Mendoza. Esto trae consigo otro problema de fondo que son los excesivos recargos laborales de los efectivos que si trabajan en prevención, pues sus pares se encuentran tareas politizadas y cómodas.

¿Cuál es el mejor modelo policial para la seguridad actual?

Quizás este interrogante deba ser el eslogan de una campaña política en el futuro, o por el contrario, tal vez sea el desencadenante de mecanismo rápidos y efectivos para empezar a cambiar las estructuras internas separatistas que tiene la Policía de Mendoza en su seno. El hecho de que muchas unidades especiales, por así decirlo, estén para sorprender a la gente en los momentos políticos que más sean necesarios, no quita que en estos tiempos de multiplicidad de necesidades sociales, los policías convencionales de calle tengan una ayuda significativa en materia de recursos humanos, con una importante reestructuración de las viejas y famosas Comisarías, que tan necesarias son en estos tiempos de inseguridad. Reforzar este tipo de Unidades sería optimizar los recursos humanos y sectorizar la mano de obra en forma equitativa.

¿Existen diferencias o internas entre las distintas unidades, cuerpos, policías convencionales o especialidades en la fuerza policial?

Si existen y en demasía. Las diferencias radican en ciertos lugares de privilegio, amparados por Jefes que en cierta manera usan a la fuerza como trampolín jerárquico y político para alcanzar un nivel de status y comodidad personal. Si bien las especialidades no existen orgánicamente en la fuerza, ni se encuentran tipificadas en la Ley Policial, cada hombre policía se capacita externamente en alguna función que le reditúe algún tipo de diferenciación con el resto o por simple gusto o placer de alcanzar una meta propia. En definitiva el ser especial no es la cuestión en concreto, por el contrario lo notable es la falta de perspectiva que posee la Direccion de Recursos Humanos en la clasificación, selección y administración del recurso humano en toda la provincia. Por ejemplo existen policías con títulos especializados en Criminalística, Abogacía, Recursos Humanos, Pilotos de helicópteros, Aviadores civiles, Analistas de sistema, Instructores de Montaña, y muchas otras profesiones más que se desempeñan en cualquier ámbito policial y menos en el cual fueron capacitados.
Vemos también que el artículo 26 de la Ley 6722 establece un listado de cuerpos, grupos, compañías y unidades policiales, aglutinadas con el nombre Cuerpos Especiales. Tal vez en otros tiempos era necesario contar con estos recursos diferenciados por la especialidad, por las dudas que fuera necesario proteger al régimen impuesto por el Gobierno. Hoy por el contrario la premisa está puesta en bajar la inseguridad en las calles de las distintas ciudades de Mendoza. Participar masivamente con el ciudadano en mecanismos de prevención ciudadana. Ya no es necesario un Policía armado hasta los dientes con cara de Gurka, por el contrario se necesitan policías sociabilizados, que interactúen con el medio en que se desempeñan, policías que ganen la calle en todo sentido.
En Mendoza nos basta con tener ciertas especialidades anti-tumultos para disuadir en caso de extrema necesidad. De ninguna manera hoy en día podemos tener tanto recurso humano diferenciado habiendo tanta necesidad de contar con Policías de prevención en las distintas Comisarías, Subcomisarías y Unidades Operativas en cada Departamental. Podríamos decir que todavía existen ciertos resabios mentales del pasado que conllevan a conservar estos destinos de privilegios, que hasta en ciertos momentos de la historia policial llegaron a tener un poder de extremada magnitud, siendo altamente peligrosos desde el punto de visto estratégico y operacional.
A la hora de ser eficientes en la administración pecamos de ignorantes cuando decimos que los Cuerpos Especiales son especiales porque son distintos, y a la hora de la verdad esta función tan necesaria en un momento de la historia, hoy tiende a ser no tan necesaria y deficiente.

“El pesimista se queja del viento; el optimista espera que cambie; el realista ajusta las velas”
¿Cuál es la posición actual de nuestro Ministerio de Seguridad?



Manuel Belgrano

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