Mínima intervención penal: pacto político policial, ¿quién queda al descubierto?



Mínima intervención penal:  pacto político policial, ¿quién queda al descubierto?
Los mendocinos.
Esta tendencia representa una grave decadencia del pensamiento. Esto resulta muy peligroso para las garantías limitadoras del poder represivo estatal y del ejercicio del poder arbitrario de las agencias del sistema penal.
¿Entonces en Mendoza existe abolicionismo penal?
El abolicionismo niega la legitimidad de los sistemas penales, tal cual operan en la realidad social actual solucionando los conflictos por instancias o mecanismo informales. El abolicionismo que referimos surge como resultado de la crítica sociológica al sistema penal.
¿Estos pactos policiales – crimen organizado son parte de la Política Criminal?
Hoy en día nos preguntamos, si tras formas aparentemente democráticas ¿no se estará filtrando el viejo modelo revestido de nuevos conceptos y nuevas palabras?. Esto es cíclico y repetitivo, porque el hombre no termina de definir un concepto elevado de superación como especie.
Si establecemos la idea de individuo y de sociedad por separado, hablamos de responsabilidad individual con el adicional de la libertad y por otro lado los pactos sociales. En un plano inferior se encuentra el delito, la pena y el delincuente que no es más ni menos que el resultado de la aplicación del Derecho Penal.
Si trabajamos tangencialmente sobre los factores que provocan el delito, minimizamos las penas, la violación al Pacto Social no va a terminar en castigo, terminaría en acciones más alentadoras. Pero muchos funcionarios, legisladores, diputados, senadores, docentes, etc. desconocen estructuralmente que el Sistema Penal bajo este concepto liberal tiene por fin último la defensa de la sociedad, que en definitiva retroalimenta el sistema humano de convivencia.
No es necesario cambiar las estructuras de estudio, es necesario cambiar los esquemas mentales de interpretación. La pena surge de leyes, y cada artículo de cada ley ¿está concebido de una filosofía netamente reparadora?.  Dentro del sistema está el delincuente que está dotado de conciencia y libre albedrío; es aquí donde entran a jugar valores, propios del psiquismo social en cuanto a la mala interpretación de las relaciones entre aquellos que intentan contener al sistema y aquellos que lo transgreden. Pero si miramos el perfil delictual de Mendoza nos encontramos con una relación directa ligada con planes de Política proselitista,  y en este plano funcionarios entran a hilar fino entre la frontera del bien o mal.
La anomía está presente en cada Institución del Estado, entonces ¿podemos llegar a componer el sistema desde los conceptos de una teoría materialista, económica política, de la desviación de los comportamientos sociales negativos y de la criminalización?.
Es muy importante para un Gobierno llegar a definir o formular o constituir una anticipación teórica criminal que permita trazar los primeros lineamientos de una política alternativa o varias en conjunto, para una sociedad aparentemente democrática en todos los niveles. Muchas instituciones como la policial, tienen esquemas antidemocráticos totales; es aquí una de las cuestiones  a definir pues una fuerza tan compleja ha perdido identidad dentro del esquema social, se quedó en el tiempo producto de no haber concluido totalmente su transformación; nunca hubo una perspectiva clara definida en materia de recursos humanos, pero la cuestión es poder reconocer que sus Jefes y no líderes atienden necesidades políticas, por consejo de la administración política que los sustenta. Hay que intervenir este sistema antes de que se desnaturalice.
¿Qué hacemos entonces respecto de los convenios y pactos manejados por policías políticos en Mendoza?
No podemos ir al choque ni a la variante judicial de un día para otro. Tenemos una gran ventaja sobre muchos otros países latinoamericanos, que todavía las Instituciones han sobrevivido en función de sus integrantes que integran estas subculturas viciadas por la misma sociedad.
Cabe como misión o meta invertir las relaciones de hegemonía que en el plano jurídico poseen los sectores dominantes. Una relación paradójica en tanto esta relación de hegemonía  no solo se verifica en el plano de lo político, donde por el contrario la dominación por parte de las clases en el poder se ejerce en muchos de nuestros países sudamericanos, despojada de los requisitos de legitimación y consenso.
Por último es dable destacar que el uso del poder penal está sometido a las reglas de puja política de cada país, donde cada sector político va a tratar de influir en la formulación y configuración de políticas criminales; por eso es sumamente importante y trascendental que los Señores Justicialistas, Radicales, Demócratas, Concertadores, Socialistas, etc de nuestra querida Mendoza se pongan a trabajar para realizar un cambio profundo y drástico en materia de Seguridad pública.
Señores logren atender esta causa porque Mendoza y su gente necesita creer en los acuerdos políticos o hegemónicos de todos los sectores o partidos políticos de nuestra provincia.
No creo que sea una utopía.

Manuel Belgrano


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